…ya que tenemos compuertas, recuperamos la locomotora?
Es la máquina que había en el exterior de la Mina, expuesta al público pero también al agua, las heladas, las gamberradas…que la estaban convirtiendo en un montón de chatarra.
Antes de introducirla en la galería de abajo, era necesario poner la vía que faltaba, así que nos decidimos a hacer de camineros.
A la hora de meter la locomotora, tuvimos que poner un par de barradas provisionales en el exterior.
Bene fue el encargado de organizar el traslado (qué bien, ¡gracias!). Se puso en contacto con Miguel Borrajo, y entre todos, el 4 de junio de 2009, hicimos que la locomotora y un vagón estrenasen alojamiento. La sorpresa fue que, a pesar del tiempo pasado en la calle y sus seis toneladas de peso, la maquinilla rodaba perfectamente.
En seguida comenzamos con las tareas de limpieza (más bien desescombro, ya que la locomotora estaba llena de piedras). A falta de poder realizar una restauración en profundidad (es decir, ponerla en marcha), nos decidimos por devolver a las partes exteriores su buen aspecto original. Retiramos la pintura vieja, una manita de lija, dos de pintura, y voilà!, tenemos una bonita locomotora con una pequeña maniobra de vagones rejuvenecidos con una limpieza y sus correspondientes manos de pintura. Que buena falta les hacía.
Así, hemos preservado la locomotora para futuras actuaciones en la galería inferior, y, además, situada en su contexto.
Próximo capítulo… ¿QUÉ HACER CON UN PEDESTAL VACÍO?
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