El anuncio hecho por un ángel de que el hijo de Dios iba a tomar carne humana

Desde los tres años de edad hasta los catorce vivió la virgen bendita en el templo, en compañía de otras doncellas. Había hecho voto de perpetua castidad condicionalmente, es decir, sometiendo la validez y vigencia del mismo al divino beneplácito.

Dios, por medio de una revelación y del florecimiento de su vara, hizo saber a José que debería tomar a María por esposa... José, tras conocer la divina voluntad, marchó a Belén de donde era oriundo, para disponer lo necesario en orden a las futuras nupcias, y María volvió a Nazareth a casa de sus padres, como advierte San Bernardo, el Señor había determinado que “la flor engendrase de otra flor, en la flor y en tiempo de flores.”

En Nazareth, pues, se apareció el ángel a María y le saludó de esta manera “Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita entre todas. ”Ella se turbó al oír estas palabras y trató interiormente de averiguar el significado que pudiera tener cuanto el ángel le estaba diciendo...

“El ángel le dijo: No temas María, porque has hallado gracia delante del Señor”. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús, que quiere decir Salvador, porque Él salvará al pueblo de sus pecados; ese hijo será grande y llamado Hijo del Altísimo... “Dijo María al ángel: Como podrá ser esto si yo no conozco varón”... “El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti”...

“He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”

(Colaboración de F. Cuevas y C. Alonso)