La historia geológica de la cuenca de Barruelo es bastante compleja y ha sido y es hoy todavía objeto de numerosos estudios. Destacamos en el siglo XIX a: R. ORIOL, LUCAS MALLADA y otros.

En el siglo pasado: ALVARADO, H. QUIRING, WINKLER PRINS, C.H.T. WAGNER-GENTIS y sobre todo a ROBERTO H. WAGNER, quien, a parte de numerosos trabajos ha descrito los pisos Cantabriense y Barrueliense del Carbonífero Pensilvánico, fijando el estratotipo límite en la base del Miembro Carboneros entre Peñacorba y El Calero.

Encontramos en el área de Barruelo gran diversidad de tramos geológicos, pertenecientes al Paleozoico (Devónico y Carbonífero) y al Mesozoico (Triásico y Jurásico).

El Triásico es el sistema que más extensión ocupa. Desde el monte Terena, pasando por los “Cintos colorados’’ hasta el pueblo de Brañosera por el Este, la Sierra de Híjar y el Macizo del Valdecebollas por el Norte y una estrecha franja por el Sur, encierran toda la Cuenca de Barruelo, cuyos materiales pertenecientes al Carbonífero Pensilvánico, presentan una serie muy completa.

Hacia el Oeste, tanto el Carbonífero como el Devónico tienen un gran desarrollo. Por último en el Sur encontramos terrenos pertenecientes al Jurásico.

Las rocas que podemos encontrar en toda la zona son sedimentarias, representando la mayoría de las veces un ambiente de mares poco profundos. Las capas de carbón nos indican intervalos de llanuras de inundación sobre plataformas costeras.

Los estratos así formados fueron plegados al menos en tres periodos diferentes durante el Paleozoico, que produjeron grandes desplazamientos verticales y numerosas fallas. Un ejemplo de ello lo tenemos en la Falla de Barruelo. Esta falla de tipo directo tiene un desplazamiento de miles de metros y pone en contacto los materiales del Estefaniense (Cantabriense y Barrueliense) con el Namuriense. Se desarrolló después de formarse el Sinclinal de Barruelo y antes de depositarse los conglomerados de Peña Cildá de edad más moderna, Estefaniense B.

La Formación Barruelo donde se halla la cuenca carbonífera costa de 1180 metros de estratos marinos y continentales divididos en cinco miembros.

Comienza con el tramo de Peñacorba, consistente en 5 capas numeradas de IX a XIII de las que se han explotado 2, llamado Paquete Superior.

El Miembro Loma (330 m) va encima y puede considerarse como un tramo marino.

A continuación el Miembro Carboneros (60 m) contiene estratos marinos y continentales con 4 carboneros.

Viene a continuación 200 m de estratos marinos (Miembro Polvorín) cuyo último tramo es un suelo de vegetación de la primera capa del tramo hullero del Calero. Este contiene 10 capas explotables y varios carboneros de las que sólo recibieron número 8 por las diferentes fallas existentes. Por eso no se pudieron explotar en ningún punto más de 4-5 capas. Las fallas oblícuas se han utilizado como límites de zonas mineras que recibieron nombres como Zona Media, Zona Rica, Zona de los Venones, etc.

Entre las capas IV y V existe un intervalo de estratos marinos con 3 carboneros y 2 niveles lacustres, con numerosas conchas de crustáceos (leaias).

Debajo de la capa I el Miembro Calero se hace completamente continental.

El conjunto de capas tiene un desarrollo longitudinal de unos 10 Km., con unos espesores que varían de 0,70 m. a 2.50 m y un buzamiento (ángulo entre la capa y un plano horizontal) de 60º al NE.

(Colaboración de Luis Sardina Antolín)